RELACIONES OBJETALES
la teoría de las Relaciones Objetales, Melanie Klein desarrolla este, su
principal concepto y de donde surge las demás variantes de toda su teoría. Esta
teoría se sostiene en una relación diádica (madre - hijo), que se basa en al
existencia de un objeto real interno, para lo que se requiere la existencia de
un objeto real externo. El mundo interno supone la presencia de pulsiones libidinales
y agresivas (EROS y THÁNATOS) y requiere de representaciones para ser
expresadas.
Fantasías
inconscientes;
es la expresión mental de los instintos y, por consiguiente, existe desde el
comienzo de la vida (para cada impulso hay una fantasía correspondiente).
Las
fantasías son contenidos primarios de los procesos mentales inconscientes, y
pueden definirse como los representantes psíquicos de los instintos: no hay
acto instintivo que no sea vivido como fantasía inconsciente, aunque luego,
esta puede pasar a ser un modo de defensa contra los impulsos. La fantasía
tiende a considerar que el impulso se satisface efectivamente, mientras que,
como defensa, considera que dicho impulso es realmente inhibido o controlado.
Crear
fantasía es función del yo (Klein plantearía una constitución temprana del yo),
por esto, la concepción de la fantasía como expresión mental de los instinto
supone mayor grado yoico del que postula Freud. Plantea que desde el nacimiento
el yo es capaz de establecer relaciones objétales primitivas en la fantasía y
en la realidad. Desde el momento del nacimiento el bebe se tiene que enfrentar
con el impacto de la realidad, que comienza con la experiencia del nacimiento
mismo y prosigue con innumerables experiencias de gratificación y frustración
de sus deseos. Estas experiencias con la realidad influyen inmediatamente en la
fantasía inconsciente que a su vez influyen en ellos.
Las
posiciones: esquizo-paranoide y depresiva; en cuanto a la primera (del nacimiento a los 6
meses), la ansiedad presente en el bebe es la paranoide y persecutoria.
La
realidad interna supone un mundo objetal y la realidad externa supone un mundo
de personas y objetos. El niño ve objetos parciales de la madre (positivos y
negativos a la vez). El mundo interno supone la existencia de pulsiones
libidinales y agresivas que requieren de ciertos objetos mentales, es decir,
representaciones para ser expresadas. La forma en la cual se establece es la
fantasía inconsciente. En el primer año de vida las relaciones objetales son
parciales; las relaciones de objeto dicen de una representación del otro
cargado con afecto (con valencias positivas y negativas, es decir, amor y
agresión).
La
pulsión de muerte y la precocidad del yo son componentes psicológicos
importantes. Klein supone que los primeros seis meses de vida existe una
actividad incipiente del yo, pero coexiste con un mecanismo de defensa básico,
para manejar ambas pulsiones. El bebe porta ambos elementos y entonces escinde;
este es un mecanismo de defensa primitivo que ayuda al yo poner lo bueno y lo
malo separado, es decir, la escisión introyecta y proyecta. La madre viene a
reforzar la representación buena, de esta manera el yo se hace más consistente
de lo bueno cuando la madre no viene a reforzar los aspectos agresivos y
paranoides. En el tiempo el bebe tiene que aprender a frustrarse, como también
se fortalece el yo cuando las necesidades están satisfechas. A mayor
frustración mayor escisión.
En
la segunda etapa, (6 meses a los 2 años) se habla de la relación del yo con el
mundo, esta supone un yo mas estructurado y más global, el niño empieza a
percibir que el objeto que ama y odia es el mismo y al mismo tiempo. Además se
de cuenta que sus fantasías pueden haber destruido al objeto madre, se
encuentra presente el instinto de muerte a nivel mental en el niño, así surge
la capacidad de reparar el daño potencial que se establece en la fantasía.
Aquí
el sentimiento o ansiedad característica es la depresiva y además se instala la
culpa.
Cuando
el bebe percibe a la madre como objeto total, cambia no solo su relación con
ella, sino también su definición del mundo. Reconoce a las personas como seres
individuales y separados y con relaciones entre sí; en especial advierte el
importante vínculo que existe entre el padre y la madre, esto prepara el
terreno para el complejo de Edipo.
La
proyección desfigura todas sus percepciones, y cuando se percata del vínculo
libidinal existente entre sus padres proyecta en ellos sus propios deseos
libidinales y agresivos. Esta situación, en que percibe a sus padres en fin de
sus propias proyecciones, le origina una intensa frustración, celos y envidia,
ya que percibe a los padres dándose sin cesar precisamente aquellas
gratificaciones que el desea para sí. De modo que en la situación depresiva el
bebe no solo se encuentra con un pecho y una madre interna destruida, sino
también con la pareja parental interna destruida de la situación edípica
temprana.
En
el curso del desarrollo variara la elección del progenitor y variaran los fines
libidinales y agresivos, tanto en la elección de objeto como en la importancia
de la zona libidinal. Cuando el bebé entra en posición depresiva y siente que
ha destruido omnipotentemente a su madre, su culpa y desesperación por haberla
perdido le despiertan el deseo de restaurarla y recrearla para recuperarla
externa e internamente.
Surgen
los mismos deseos reparatorios en relación con otros objetos amados, tanto
internos como externos. Los impulsos reparatorios hacen progresar la
integración.
El
conflicto entre amor y odio se agudiza, y el amor se ocupa activamente tanto de
controlar la destructividad como de reparar y restaurar el daño realizado, lo
se basa la capacidad del yo para conservar el amor y las relaciones a través de
conflictos y dificultades y la armonía de su mundo interno.
Las
fantasías y actividades reparatorias resuelven las ansiedades de la posición
depresiva. La repetición de experiencias de pérdida y recuperación, hace que
gradualmente el objeto bueno se vaya asimilando al yo. Pues en la medida en que
el yo ha restaurado y recreado internamente al objeto, éste le pertenece cada
vez más.
Una
parte importante de su reparación consiste en que el bebé debe aprender a
renunciar al control omnipotente de su objeto y aceptarlo como realmente es.
Así queda definido el concepto de reparación kleiniano.
Para
finalizar los conceptos principales de la teoría de Melanie Klein, creemos
importante mencionar sus definiciones respecto a las distintas formas que toma
el objeto (teoría de las relaciones objetales)
Objeto bueno: Junto al objeto malo,
son los primeros objetos pulsionales, parciales o totales, tal como aparecen en
la vida de fantasía del niño. La cualidad de 'bueno' se le atribuye, no solamente
por su carácter gratificador, sino sobretodo porque sobre él se proyectan las
pulsiones libidinales del sujeto. Objetos buenos y malos se hallan sometidos a
los procesos de introyección y proyección.
Objeto Malo: La cualidad de 'malo' se
le atribuye, no solamente por su carácter frustrante, sino sobre todo porque
sobre ellos se proyectan las pulsiones destructivas del sujeto.
Objeto extraño: Son el resultado de
identificaciones proyectivas patológicas, en las que se percibe al objeto
escindido en pequeños fragmentos, conteniendo cada uno una parte proyectada del
Yo. A estos objetos extraños se los siente cargados de mucha hostilidad.
Objeto Ideal: Es experimentado por el
bebé durante la posición esquizo-paranoide como resultado de la escisión y de
la negación de persecución. El bebe atribuye todas sus experiencias buenas,
reales o fantaseadas, a este objeto ideal al que anhela poseer y con el que
ansía identificarse.
Objetos Parciales: Objetos
característicos de la posición esquizo-paranoide. El primer objeto parcial que
experimenta el bebé es el pecho. Pronto experimenta otros objetos parciales,
ante todo, el pene. Objetos parciales son: el objeto ideal (pecho o pene), el
objeto malo (o persecutorio), y el objeto bueno.
Objeto Total: Se refieren a la
percepción del otro como persona. La percepción de la madre como objeto total
caracteriza la posición depresiva. El objeto total es lo opuesto tanto del
objeto parcial como de los objetos escindidos en partes ideales y
persecutorias. La ambivalencia y la culpa se experimentan en relación con
objetos totales.
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